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¿Citar la Biblia es “discurso de odio”? El caso en Finlandia y sus implicaciones para Puerto Rico

El reciente caso en Finlandia donde la Corte Suprema reabrió un juicio contra la parlamentaria Päivi Räsänen y el obispo Juhana Pohjola ha encendido las alarmas en todo el mundo cristiano. Ambos enfrentan un proceso judicial por haber expresado públicamente enseñanzas bíblicas sobre la sexualidad humana. ¿El motivo? Se les acusa de “discurso de odio” simplemente por ampararse en lo que las escrituras enseñan acerca de ese asunto.

Este próximo octubre de 2025, el máximo tribunal de Finlandia volverá a juzgar el caso, a pesar de que tribunales inferiores ya habían absuelto a los acusados. Esta insistencia judicial revela la creciente presión de sectores que buscan redefinir la moral y callar la voz cristiana en el espacio público.


Un caso que trasciende fronteras

Räsänen, médica y parlamentaria luterana, publicó un folleto sobre sexualidad bíblica en 2004 y compartió un pasaje de Romanos en Twitter en 2019. El obispo Pohjola, al respaldar la publicación, también fue acusado. Aunque las cortes inferiores determinaron que citar la Biblia no constituye un crimen, la Corte Suprema decidió reabrir el caso, con la posibilidad de establecer un precedente internacional.

La Escritura nos recuerda:

“Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo” (Mateo 5:11).


Las leyes de “odio”: ¿protección o persecución?

Las llamadas leyes de odio en Finlandia fueron diseñadas originalmente para proteger a grupos minoritarios contra amenazas reales de violencia. Sin embargo, en la práctica, su aplicación se ha convertido en un mecanismo para criminalizar convicciones cristianas.

En el caso de Räsänen y Pohjola, el Estado interpreta la exposición bíblica sobre la sexualidad como un ataque “dañino” a la dignidad de las personas, equiparando la proclamación de Romanos 1 o Génesis 1:27 con incitación al odio.

Esto es problemático por varias razones:

  1. Confunde violencia con convicción: equipara predicar un texto bíblico con agredir a una persona.
  2. Redefine el pluralismo: solo se aceptan visiones alineadas a la ideología dominante, excluyendo la fe cristiana del debate público.
  3. Crea un efecto de autocensura: pastores, maestros y médicos cristianos temen expresar su fe por miedo a consecuencias legales.
  4. Abre la puerta a más censura: hoy es la sexualidad, mañana será el derecho a defender la vida desde la concepción o a rechazar la eutanasia.

El apóstol Pedro nos exhorta:

“Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29).

En términos bioéticos, esta tendencia implica un giro alarmante: si el Estado define el bien y el mal moral, entonces se despoja a la sociedad de un diálogo plural y verdadero. En vez de un debate libre sobre temas como sexualidad, familia, vida o muerte, se impone una visión oficial que considera intolerable toda voz distinta.


Puerto Rico y la importancia de la Ley de Libertad Religiosa

Mientras en Europa se criminaliza la fe, Puerto Rico dio un paso importante con la aprobación de la Ley Núm. 14 de 2025 – Ley del Derecho Fundamental a la Libertad Religiosa. Esta ley reconoce la libertad religiosa como un derecho fundamental, aplicable a todos los ciudadanos, incluyendo empleados del gobierno, estudiantes, pacientes hospitalizados y hasta confinados en cárceles.

Entre sus elementos principales se destacan:

  • Protección contra cargas indebidas del Estado: ninguna norma puede limitar la libertad religiosa a menos que el gobierno demuestre un interés apremiante y que no exista un medio menos oneroso para alcanzarlo.
  • Garantías en educación: los estudiantes pueden expresar convicciones religiosas en trabajos escolares, ropa, accesorios y actividades, y los maestros pueden participar en expresiones de fe fuera de su rol oficial.
  • Acceso espiritual en hospitales y hogares de adultos mayores: asegura que pacientes y residentes puedan recibir visitas de líderes religiosos, incluso en emergencias como pandemias.
  • Acomodos razonables en el trabajo: obliga al gobierno a ajustar condiciones para que empleados puedan vivir su fe sin penalizaciones.
  • Derecho de acción judicial: cualquier ciudadano cuyo derecho haya sido violado puede demandar al Estado y recibir daños y honorarios .

Este reconocimiento está en plena sintonía con el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece:

“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.”

En otras palabras, mientras Finlandia intenta restringir la fe mediante leyes de odio, tanto el derecho internacional como la legislación de Puerto Rico apuntan hacia la necesidad de proteger y ampliar la libertad de los ciudadanos para vivir y expresar su fe en el espacio público.


¿Que Puedes hacer al respecto?

Este no es un asunto distante que solo ocurre en Finlandia. La tendencia a usar leyes de “discurso de odio” para silenciar convicciones cristianas ya está en marcha en muchos países occidentales.

Te invitamos a:

  1. Informarte: lee sobre el caso de Räsänen y Pohjola, y comprende sus implicaciones para todos los que creemos en la autoridad de la Biblia.
  2. Orar: pide a Dios fortaleza para los cristianos perseguidos, discernimiento para los líderes de nuestras iglesias y justicia para los afectados en este caso en Finlandia.
  3. Actuar: contacta a tus legisladores en Puerto Rico y en Estados Unidos. Hazles saber que apoyas la libertad religiosa y que rechazas cualquier intento de criminalizar la enseñanza bíblica.
  4. Defender el pluralismo verdadero: promueve leyes como la de Puerto Rico, que aseguran que ninguna fe sea silenciada y que el debate público siga abierto.

Para Reflexionar

La historia nos muestra que cuando la Palabra de Dios es restringida, la sociedad entera pierde. El evangelio no es odio, es amor que transforma. Callar ante estos juicios sería abdicar de nuestra responsabilidad profética.

Recordemos la exhortación de Pablo:

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Romanos 12:2).

En tiempos de prueba, la Iglesia está llamada a ser luz y sal. Lo que hoy ocurre en Finlandia nos recuerda que mañana puede ocurrir aquí. Por eso debemos estar alertas, firmes en la verdad y activos en la defensa de nuestra fe en el espacio público.

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